Reportaje
  24/11/2006
Cursillo con Jordi Tarrés en Vozmediano

Texto y fotos: Manuel Jiménez


   El heptacampeón en Vozmediano

Todos atendiendo a las explicaciones del maestro

El moto club Trialeón organizó el sábado día 28 y domingo día 29 de octubre un cursillo de iniciación y perfeccionamiento de la técnica del trial, impartido magistralmente por el heptacampeón del mundo Jordi Tarrés.

Prensa y radio se hicieron eco de la noticia, ya que no todos los días pasa por nuestra provincia un pluricampeón del mundo de Trial. El moto club Trialeón organizó este acto dentro de sus objetivos de promocionar el trial en la zona norte de la provincia de León.

La inscripción fue limitada a 20 participantes, que gozamos, y de lo lindo, con el cursillo; y es que todo ayudó: un maestro de primera que derrochó simpatía y paciencia, un tiempo espléndido los dos días, trialeros de todas las edades, niveles y sexos y muy buen rollo; todo ello situado en un sitio ideal para la práctica del trial como es Vozmediano, un pequeño pueblo en mitad de la montaña leonesa donde llega una estrecha carretera, pero allí se termina, imaginaros...

Además nos vimos arropados en todo momento por agentes de la Guardia Civil (que tomen ejemplo en otras comunidades y que entiendan que la naturaleza, el deporte y las leyes se pueden hacer compatibles si todos ponemos algo de nuestra parte, no somos delincuentes y los trialeros amamos, respetamos y cuidamos la naturaleza como el que más).

Inés, la única chica alumna del cursillo
Jordi Tarrés en acción

El sábado a las 10 de la mañana se iniciaba el evento, Jordi Tarrés ya estaba allí esperando a las 9,30, puntualidad de campeón. Tras las presentaciones de rigor inició sus enseñanzas con unas nociones de puesta apunto de la moto, manillar, manetas,… pasando posteriormente a realizar ejercicios de equilibrio estático, control del embrague y acelerador, posición del cuerpo y giros. Luego marcó una zona con dos niveles y a practicar.

El terreno era de hierba y piedra y estaba algo resbaladizo porque, aunque hizo un sol espléndido, las lluvias de los días pasados no se habían evaporado todavía.

Cuando ya nos cansamos de esa zona pasamos a otra ladera y marcamos otra zona para seguir entrenado y corrigiendo los defectos que cada uno teníamos, que por cierto, eran muchos.

Entretanto ya era la hora de comer, a reponer fuerzas con un magnífico cocido leonés recién hecho. Después de comer seguimos con las clases teóricas, movimientos laterales con la rueda delantera, trasera y con las dos a la vez con la moto parada y luego con la moto arrancada.

Alejandro practicando en las zonas de agua y piedras
Pedro entrenando un pequeño vuelo

Jordi corrigiendo la posición de Oscar

Cuando nos cansamos de "malmover", que fue pronto, a otra ladera a marcar otra zona y a intentar aprender a controlar la tracción sobre terreno mojado hasta que nos dieron las seis de la tarde y ya nos fuimos retirando para cambiarnos, debatir el día e irnos todos juntos a cenar unos embutidos de la tierra acompañados de un estupendo cordero.

En la cena nos vimos gratamente acompañados por la alcaldesa de Boñar, Doña Virginia, que está ayudando mucho al trial en la zona y quien ofreció un detalle de recuerdo a Jordi Tarrés. Luego nos retiramos a descansar, aunque no todos, porque algunos hicieron alguna zona más por algún pub.

El domingo a las 10 de la mañana comenzamos de nuevo con un tema un poco más complicado, cortados y vuelos.

Después de la teoría estuvimos entrenando un buen rato para posteriormente ir a un vallejo a marcar una zona de agua, piedra, barro y giros y así poner en práctica las enseñanzas aprendidas. Se hizo lo que se pudo y lo pasamos muy bien.


Desayunando "manetas energéticas"

Hacia la una del mediodía nos fuimos todos a hacer una pequeña excursión por los montes cercanos y admirar los preciosos paisajes que las montañas de los picos de Europa recortaban en el horizonte contra un cielo azul.

Una vez que bajamos de aquellas idílicas montañas nos cambiamos y nos fuimos todos a tomar un tentempié a Boñar donde dimos por concluido este estupendo cursillo con el reparto de diplomas. El modesto moto club Trialeón obsequió a Jordi Tarrés con una placa conmemorativa, para que tenga un recuerdo nuestro.

Dos días inolvidables que mantendremos largo tiempo en nuestra memoria porque no sólo aprendimos técnicas de trial, sino humanidad y compañerismo. Los dos días se nos hicieron muy cortos por lo que el año que viene se intentará reeditar esta bonita experiencia trialera.