Reportajes
   
III TRIAL BULTACO

Texto: Carlos García Pont
Fotos: Carles Requena


   Memorial F. X. Bultó

   El pasado 28 de septiembre se celebraba la tercera edición del Trial Bultaco "Memorial F.X. Bultó" que una vez más resultó un gran éxito, ya que se batiron records de participación, con un total de 111 participantes. Un gran ambiente clásico fue la característica de la jornada, a lo que se unía la interesante exposición de clásicas con auténticas joyas en impecable estado y por supuesto el trial.

   Como siempre, todo ello estuvo perfectamente organizado por la Colla Can Rovira y el Motoclub Sport Classic en la misma hubicación que en las anteriores ediciones, la finca Can Noé.

   Al igual que en las ediciones anteriorestambién fueron numerosos los pilotos ex-oficiales de Bultaco los que acudieron, por lo que muchos volvieron a disfrutar de todo el esplendor de la marca del dedo rampante. Tampoco faltó Joan Pons, que amenizó al público con sus locuras sobre una Sherco 2004.

   Y es que la bultacada fue exactamente lo que tiene que ser, una gran fiesta. El trial constaba de dos vueltas, con la peculiaridad de que entre ellas había una apetitosa butifarrada. Las zonas eran preciosas y acertadas, pero sobretodo fácile, lo cual permitía que todo el mundo las pudiera hacer con tranquilidad. Como muestra, podemos decir que había un niño con una chispa corriedo y no lo hacía nada mal, obviamente todo el mundo lo miraba con cariño.

   Las zonas se dividían como suele ser habitual en la Copa Catalana en tres niveles de dificultad, amarillo, azul y rojo, de menos a más. La primera zona en amarillos marcó alguna diferencia, no por su dificultad sino porque parecía más difícil de lo que era. De hecho a más de un participante se le escaparon los únicos puntos de todo el trial en ella. Tenía un pequeño escalón a la entrada y una subida larga con alguna raíz en medio. Más de un voluntario estuvo a media subida para ayudar a los que se quedaban. Para azules y rojos se introduciá un giro y otro pequeño escalón que incrementaba un poco la dificultad sin, en ningún momento, poner nada en peligro.

   Tras unos cien metros te encontrabas en la zona dos, para amarillos dos giros seguidos bastante fáciles. Más de un novato, fue capaz de pasarla a cero. Estas dos zonas estaban cerca de la salida, lo que facilitaba que el público en general se acercara a verlas. Tras una interzona interesante llegabas a la zona tres. Entrabas, pasabas entre una roca y un arbol, con un giro donde más de uno se dejó un pie, y salías tras una pequeña subida tras otro giro.

   Después descendías una bajada bastante empinada para llegar a la zona cuatro, preciosa. Entrabas y tras un giro a derecha, que cruzabas con una pequeña riera, te enfrentabas a una subida un giro a izquierda y saliendo recto por una subida con alguna que otra roca al final. Interesante el primer giro, donde se dejaban más de un pie.

   Otra vez acababas en alto y tenías que volver a descender para llegar a la zona cinco. Como siempre el camino estaba lleno de piedras, siendo el mismo que ya se utilizó el año pasado. La variente para los azules era desviarse del camino, subir y girar por detrás de un árbol para volver a enfilar el camino, donde se escapaban algunos puntos.

   Después de una interzona interesante pasabas a la zona seis. Donde entrabas con un pequeñño escalón y giro a la derecha y a la izquierda en subida, saliendo en alto por una roca. Otra vez una entrada interesante, donde los que empiezan podían pasar con algún que otro pie pero sin ningún peligro.

   Como no, acabamos en la zona siete, al lado de la salida. Las mismas rocas de siempre orientadas de otra manera. Entrabas por entre las rocas, bajabas por ellas, girabas abajo y salías subiendo. Una zona para hacer muchos ceros si controlabas bien la bajada. Algunos de los "no inciciados tenían problemas allí y se dejaban algún fiasco. Sobre todo alguno de los jóvenes de 14 ó 15 años que participaban.

   Después sólo quedaba llegar a la zona 8, tomar el desayuno de media mañana, admirar las motos y tomarnos el pelo mutuamente por lo que habíamos hecho o no hecho. Interesante una sherpa azul y blanca recién restaurada, y como siempre un conjunto de Sammy Millers, alguna que otra 325 y muchas Sherpa rojas en todos su modelos.

   Uno de los puntos más interesantes fue la aparición de jóvenes promesas del trial clásicoya que hubo un número notable de chavales entre 10 y 18 años que corrieron con clásicas. Como mínimo tres sherpas 125, la chispa ya mencionada, o por ejemplo un chaval de 14 años con una 350 roja, Alex Bouxo. Ya se ve que esto promete a futuro.

   El ambiente fenomenal. La entrada en la zona era para mirar y comentar las motos de alrededor más que para preguntarse por la zona a entrar, y la gente contenta y alegre.

   Una vez más agradecer a la organización del evento su magnífico trabajo, donde todos lo pasamos en grande.