Dos Días de Cabrianes
21 y 22 de septiembre, 2002
Barcelona, España
VII Trial Intentacional de clásicas de Cabrianes


Texto: Ramón Sallés
Fotos: Horacio San Martín,
Raquel Serratosa (MR Foto)

El paddock presentaba un magnífico aspecto

   El mejor Cabrianes

   Los Dos Días de Cabrianes son de largo el mejor trial de clásicas de España, y ya casi podemos afirmar que uno de los mejores de Europa. La reconocida fama del excelente montaje de Jaume Casadesús y la gente del Triangle Mágic, junto con toda la logística y experiencia de nada menos que todo un Moto Club Terrassa, han hecho que la mayoría de los pilotos esperen con impaciencia la segunda quincena de Septiembre para disfrutar de un genuino fin de semana trialeando sobre su querida clásica. Y ese excelente prestigio entre los pilotos es el mejor embajador de una prueba que cada año ha visto mejorar el recorrido, las zonas, el montaje y el número de participantes.

   Es precisamente en este último apartado donde la séptima edición de los Dos Días ha marcado un nuevo hito en el trial de clásicas, ya que nada menos que cien pilotos han tomado parte en la prueba, un nuevo récord del que pueden enorgullecerse los organizadores y por el que deben felicitarse todos los que de alguna forma u otra tienen que ver con los triales de clásicas, que están viviendo un momento dorado.


Classic Team, Mytoil y Todotrial sorprendían con una carpa al servicio de sus clientes

   Así pues Cabrianes era el trial ideal para que se pulverizasen las estadísticas y así ha sido, y la verdad es que todos podemos estar más que satisfechos ya que esta es la mejor forma de reconocer el trabajo bien hecho de Jaume y su grupo de incondicionales. Cien trialeras clásicas, muchísimos pilotos extranjeros y un excelente ambiente a lo largo de toda la prueba. Ahí queda eso, enhorabuena a todos.

   Centrándonos ya en lo que fue el trial, hay que decir que en esta séptima edición se repetía el formato del año pasado, es decir, una primera jornada con diecisiete zonas a las que se debían dar dos pasadas, con unos veinticinco kilómetros de recorrido en cada una de ellas, con la habitual parada de cuarenta y cinco minutos sobre las dos de la tarde para poder reponer fuerzas con un completo almuerzo servido por el servicio de catering de la organización en el Pabellón Polideportivo de Cabrianes.

Al final Mick salía con su vieja James de 1963

   Las zonas eran bastante diferentes a las marcadas en ediciones anteriores, lo que hacía que incluso los participantes más veteranos tuvieran que inspeccionarlas concienzudamente. Previsiblemente la segunda pasada en el recorrido de la tarde iba a suponer una buena oportunidad para bajar ampliamente las puntuaciones y más teniendo en cuenta que había llovido con fuerza el día anterior y las zonas estaban algo húmedas el sábado a primera hora, aunque el buen tiempo y el sol iban a secarlas con mucha rapidez.

   El domingo también se seguía el esquema del año anterior, con una sola pasada a las en esta ocasión veintidós zonas, con cinco secciones nuevas al final del recorrido y algunas variaciones en las zonas ya realizadas el día anterior, lo que hacía que los pilotos tuvieran que andarse con cuidado para no encontrarse con la sorpresa de alguna puerta cambiada, si es que decidían entrar en las zonas sin inspeccionarlas previamente.

   Como decíamos anteriormente la noticia más destacada en esta edición de los Dos Días era el que por primera vez se rompía la barrera de las cien motos en un trial de clásicas, y eso se notó, y de verdad, en el paddock situado nuevamente en el amplio patio de la escuela de la pequeña población, que se quedó del todo abarrotado de furgones, coches y remolques ya desde primera hora de la mañana.

Los dos grandes monstruos de Cabrianes: Mick Andrews y Mick Wilkinson, todo un lujo tenerlos en esta prueba

Unos franceses traían estas curiosas Motobecane

   En el plano deportivo la lucha se prometía de lo más cerrada en las diferentes categorías, y es que a los habituales de la Copa Catalana de trial de clásicas se les unían en la disputa por la victoria muchos buenos pilotos que normalmente por compromisos profesionales aparecen solo de forma esporádica en los triales de clásicas, pero que nunca se pierden los Dos Días, como por ejemplo Miquel Cirera, además de los pilotos extranjeros de renombre que acuden a Cabrianes, como Mick Andrews o Mick Wilkinson, éste último por primera vez.

   Así las cosas en Pre-72 Mick Wilkinson era el máximo favorito por su amplio palmarés en las islas británicas, pero había que ver donde estaban las prestaciones de su vetusta Francis-Barnett en relación a la Sherpa de Soldevila, la 247 de Puigferrer o incluso la BSA de Sallés, estos tres últimos casi decidiendo las respectivas posibilidades de cara a la victoria final en esta categoría dentro de la Copa Catalana del 2002, con las Triumph Tiger Cub del madrileño Manuel Casado y del galo Georges Gianti al acecho.

   En Trialers sí que los favoritos eran los habituales, aunque había que descontar de entrada al líder del certamen, Josep Manzano senior, que solamente podía cubrir parte del recorrido de la primera jornada ya que tenía que salir a toda prisa junto con Manzi junior quien participaba en el Indoor de Cahors, al sur de Francia. Por lo tanto Josep Pujol, Francesc Estrada y Jordi Torrent eran los principales candidatos al podio.

Preciosa la Honda oficial ex-Whaley de Miquel Cirera

   Entre los Experts, en nivel azul, la lucha se presentaba de lo más reñida, con Mick Andrews y Miquel Cirera como máximos favoritos, sin descontar para nada al finísimo Angel Magriñá. Era una incógnita el rendimiento de Carles Casas sobre la Cota 348 cedida por el mismo Cirera, y el saber a que nivel se encontrarían los líderes del campeonato, Josep Mª Capdevila y José L.Rodríguez frente a esta potente oposición de pilotos no habituales.

   Finalmente entre los Masters se daba por seguro que nadie podría con el mejor Joan Rovira de las últimas temporadas, que en esta del 2002 cuenta sus participaciones por victorias. Con las ausencias de última hora de Amós Bilbao y Manzi, solo un Ramón Membrives en uno de sus días inspirados podía hacer sombra al de Mataró.

   Primer día. Lucha cerrada en todas las categorías

   El sábado amanecía nublado y amenazando lluvia en Cabrianes, lo que hacía muchos de los participantes recordaran las duras condiciones del final de la primera jornada de la edición anterior. Algunas gotas de lluvia hacían temer lo peor, y el nerviosismo de algunos antes de la salida se notaba en sus caras. No obstante, aproximadamente después de la primera hora el tiempo cambiaba, y las nubes empezaban a tener un aspecto menos terrible, aunque continuaba divisándose un cielo de tormenta en dirección sur.

La rampa de salida con Pinet como director de carrera

   Las zonas, diseñadas por Jaume Casadesús con el esmero habitual, eran perfectas para casi todos los niveles, especialmente el amarillo, donde se concentraba más de la mitad de los pilotos participantes. En este nivel todo parecía indicar que el trial se decidiría con muy pocos puntos y los errores se pagarían muy caros, tanto en Pre-72 como en Trialers. En azules el nivel de exigencia de las zonas ya era un poco mayor, aunque los líderes seguramente también acabarían con pocos puntos en sus tarjetas, mientras que en rojos (Masters) el nivel de las zonas era altísimo, lo que hacía prever que los pilotos sí se cargarían de lo lindo.

   En cuanto al tiempo máximo concedido en principio era más que suficiente para completar el recorrido sin excesivas prisas, aunque hay que decir que la interzona de Cabrianes es lenta, la mayoría por estrechos senderos en medio del bosque, lo que hace que sea muy difícil recuperar el tiempo perdido a causa de un exceso de celo inspeccionando las zonas.

   Wilkinson marca la pauta en Pre-72. Exhibición de Puigferrer

Mick Wilkinson impresionaba en Pre-72

   Empezando por Pre-72, hay que decir que tras el primer paso por las diecisiete zonas Mick Wilkinson demostraba el porque fue durante varios años uno de los fijos en los primeros puestos de los míticos 6 Días de Escocia, liderando la categoría con solo dos puntos de penalización, seguido por la BSA 350cc de Ramón Sallés con cinco, lo que de momento le dejaba como el mejor situado en la lucha por la general de la Copa catalana. A un solo punto de la BSA, otra moto inglesa, con un brillante Manuel Casado pilotando como nunca la ligera Tiger Cub, mientras que la Sherpa de Soldevila y la Cota de Puigferrer empataban a siete puntos. Hay que decir que el de Montesa pilotaba sin freno trasero desde la zona diez después de que se rompiera el eje de la palanca de freno cuando uno de sus máximos rivales tumbó "sin querer" a su tambores grandes, con la mala fortuna de dar con la única piedra en tres metros a la redonda.

   La segunda pasada por las zonas, ya mucho más secas y limpias tras el paso de todos los pilotos, veía cumplirse la previsión, y las penalizaciones de los líderes bajaban en picado. La sorpresa la daba esta vez Joan Puigferrer, que sin posibilidad de reparar el freno trasero decidía "olvidarse" de que este existía, y realizaba una vuelta sensacional, sin penalizar un solo punto. De todas formas sus rivales tampoco flojeaban, con Sallés, Soldevila y Wilkinson empatados a un punto en el parcial de la segunda vuelta, lo que dejaba las cosas más que abiertas de cara al segundo día. Manuel Casado sí que empeoraba, y con nueve puntos (tres más que en la primera pasada) veía como se esfumaban rápidamente sus opciones a podio. Manel Blancafort mejoraba muchísimo, con ocho puntos, pero los veintiséis enteros de la primera vuelta pesaban como una losa en la clasificación general del de Bultaco.

   En la general el piloto británico Mick Wilkinson lideraba la clasificación con tres puntos de ventaja sobre la BSA de Sallés, con Puigferrer y la Montesa a un solo punto y Soldevila sobre la Sherpa 250 a dos. Manuel Casado había bajado hasta la quinta plaza con la Triumph, aventajando en diez puntos a la gemela Tiger Cub de Georges Gianti, con las Sherpa de Xavi Pons y Manel Blancafort a continuación.

Francesc Estrada estaba fantástico en Trialers

   Estrada vuelve a su verdadero nivel con la Ossa

   En Trialers (nivel amarillo) la primera vuelta veía como un recuperado Francesc Estrada, el vigente campeón de esta categoría, marcaba el mejor parcial con solo tres puntos, mientras que Pujol y Torrent empataban a cuatro dejando ya bastante más descolgados a los demás pilotos, ya que Conde estaba en ocho, Miguel Juan en diez y el valenciano Javi Gil en once. Todo hacía presagiar que la victoria final se iba a decidir entre los tres primeros clasificados en el parcial de la primera pasada a las zonas.

   Como era de preveer la segunda vuelta veía una bajada importante en las penalizaciones de la mayoría de los pilotos punteros, con la Fantic 240 de Josep Pujol a cero, la amarilla Ossa de Estrada con un solo punto y el francés Bruno Gibert con tres, empatado con la Cota 348 de Javier Rodríguez, que después de penalizar nada menos que veintidós puntos en la primera vuelta, bajaba su registro en nada menos que diecinueve enteros, lo que le hacía subir hasta el noveno lugar de la general. Ésta era encabezada por Estrada y Pujol empatados a cuatro puntos, seguidos por la Fantic 300 de Torrent ya con diez puntos, la Ossa 350 de Miguel Juan con quince y la otra Fantic 240 de Javier Conde con dieciocho. Dos Ossa y tres Fantic, por lo tanto, en las cinco primeras plazas.

   Magic Mick

   Los Experts también hilaban fino en las zonas de Cabrianes, y Mick Andrews entregaba una tarjeta con solo cuatro puntos al llegar al parque cerrado antes de la neutralización del mediodía, seguido por la Ossa TR 350 amarilla de Caius Mujal, a tres puntos, la Fantic 240 de Magriñá con nueve y las Sherpa 350 del andorrano Santi Llorens y de Josep Mª Capdevila con diez. Miquel Cirera y la preciosa Honda 250 habían penalizado once puntos, empatando con la Cota 242 de Colillas.

Magic Mick Andrews, piloto Todotrial- Classic Team, impresionante

   Otra vez la segunda vuelta debía servir para mejorar, y vaya si lo hicieron, ya que de nuevo Mick Andrews y su preciosa James de 1.964 afinaron de verdad y llegaron al final de la jornada con un solo punto más, para más inri puesto en la tercera zona donde casi todos habían pasado a cero en la primera vuelta.

   Magriñá continuaba afinando mucho y tenía el segundo mejor parcial con solo dos puntos empatado con Carles Casas quien en la primera vuelta había andado muy perdido con la Cota 348 prestada por el boss del equipo de competición de Montesa penalizando nada menos que veinte puntos, mientras que el mismo Miquel Cirera mejoraba muchísimo y marcaba tres escasos puntos, igual que Santi Llorens.

   El galo Patrick Pissis, con una Honda TLR 250 estaba en cinco, mientras que Caius Mujal repetía los mismos siete puntos de la primera vuelta. Capdevila y Rodríguez, los lideres de la Copa Catalana tenían una actuación discreta el de Bultaco, que era séptimo en la general, mientras que el de Montesa debía abandonar al sufrir una fuerte caída que incluso le llevaba a tener que acudir al hospital.

   La general, por tanto, estaba liderada de forma indiscutible por Mick Andrews, con cinco puntos, seguido por Angel Magriñá ya con once, lo que colocaba al británico como claro favorito para el triunfo final. El de la Fantic no podía descuidarse, ya que tenía a un solo punto a la Ossa de Mujal y a la Honda de Cirera, con Colillas y el ya citado Capdevila ya más descolgados con dieciocho puntos.

   Membrives versus Rovira

   Finalmente en nivel rojo, saltaba la sorpresa. En primer lugar decir que el nivel de las zonas era altísimo, con lo que las puntuaciones eran bastante más abultadas que en los otros niveles, pero es que hay que tener en cuenta que el nivel de los únicos ocho pilotos que competían en esta categoría haría empalidecer a muchos de los habituales de los triales de modernas, y es que los "trancos" que superan los Master con sus Sherpa, Cota, Fantic y Honda TLR son de los que quitan el hipo a cualquiera.

Ramón Membrives mandaba en Master

   Como decíamos, la sorpresa, muy bienvenida por cierto, era ver a Ramón Membrives en la primera posición al acabar la primera vuelta, pilotando muy a gusto sobre su afinadísima Fantic 240 y dejando diecisiete puntos en las primeras diecisiete zonas. A tres puntos "super Rovira" estaba al acecho sobre una Fantic idéntica, con la Cota 330 de Eduard Vila en veinticuatro puntos y el madrileño Félix Vallés, quien competía con la Honda TLR 250 cuatro tiempos que acababa de comprarse el viernes en el mismo paddock, con unos meritorios veintiocho.

   La segunda vuelta dejaba las espadas en alto, con el mejor parcial de Joan Rovira, un punto por debajo de Membrives. Los siete y ocho puntos respectivos de estos dos pilotos dejaban muy lejos a sus rivales, ya que Vallés era ahora tercero con quince, uno menos que Vila y dos menos que la otra TRL de Fígols.

   La general en rojos la mandaba pues Membrives con veinticinco puntos, seguido por Joan Rovira con veintiocho, Vila ya a quince puntos del líder, Vallés a dieciocho y Fígols a treinta y uno. Las cosas pues estaban claras, y el duelo entre los dos mejores pilotos de clásicas del momento estaba más que servido.

   Continuación... Segundo día