Reportajes
 
VI CONCENTRACION MOTOCRA
DE CLASICAS DE CAMPO
Texto: H. San Martín
Fotos: Félix García, Dani Alves, Eduardo Gómez
Información: www.motocra.net
2-12-2004

   Exito total

El parque cerrado reunió más de un centenar de motos

   Como cada año por estas fechas se celebraba en Valdemorillo (Madrid) la concentración para motos clásicas de campo, que en esta ocasión llegaba a su sexta edición. Una actividad que se consolida como de las más importantes de la zona centro y que va a más cada año, confirmando que también en la zona centro la afición por las clásicas va en aumento y la gente tiene ganas de participar en actividades "vivas" como esta.

Hace ya seis años que se hizo la primera concentración de clásicas en Valdemorillo por un grupo de aficionados con más ilusión que medios, y que ni siquiera contaban en aquel entonces con un Moto Club, tan sólo una web como www.motocra.com, ganas de salir al monte y motos que pedían guerra.

En aquel momento nadie pensaba la repercusón que tendría esta concentración pocos años después, reflejando el crecimiento de esta afición y las ganas, cada vez mayores de poder disfrutar sobre la moto. Hoy día pocas actividades como esta hay en la zona centro, y si no fuera por el Motocra, no se podría disfrutar de un día especialmente distendido como este con buenos amigos y motos de campo de todas las especialidades, nada que ver con un trial o un enduro de clásicas.

La inscripción a primera hora de la mañana
Y después la salida de la ruta

Todos se reagruparon para entrar en Valdemorillo

Y el mérito es doble, pues si ya es de por sí complicado organizar una actividad como esta y tener el poder de convocar más de un centenar de motos, se une lo complicado que está el tema de la moto de campo en la zona centro, como todos sabéis. Por tanto tenemos que felicitar al Club Motocra un año más.

La actividad comenzaba a las 9 de la mañana, con la llegada de los aficionados, sus acompañantes y sus clásicas al club social de la urbanización Pino Alto. Las motos se bajaban de los remolques y furgonetas y se reunían en el parque cerrado, donde todos podían apreciarlas en todo detalle, fotografiarlas, y comentar los detalles de la restauración, la compra o como encontrar aquella pieza tan escasa.

Tras las inscripciones los pilotos se dividían en grupos según la especialidad, dos para las motos de Enduro y Trail, según el ritmo que quisiesen dar a la excursión, otro grupo para las motos de trial, que tenían preparadas varias zonas de entrenamiento en las cercanías de Valdemorillo, y otro grupo para los niños, sobre sus bonitas Cotas 25, Bultaco Chispa, etc.

La ruta marcada transcurría por caminos municipales y vecinales por los alrededores de la Ermita de Valmayor y el casco urbano de Valdemorillo, manteniendo siempre el orden y el máxio respeto a la naturaleza, como personas civilizadas que somos.

Las motos de enduro y excursión realizaban una ruta más larga
Las zonas de trial eran sencillas y para todos los niveles

En la plaza de Valdemorillo se expusieron todas las motos

Sin embargo se echaba de menos aquel precioso recorrido de las primeras ediciones cuando se rodeaba por completo el pantano de Valmayor en una excursión que casi triplicaba el número de kilómetros. Los trialeros y niños realizaban un recorrido diferente, algo más corto, hasta llegar a la zona de “Los Altos del Ejido” junto a Valdemorillo, donde se les habían marcado tres zonas sencillas de entrenamiento y un área de recreo para los alevines.

Tras las rutas y las zonas, todos los grupos se reagrupaban y entraban haciendo un desfile por las calles de Valdemorillo escoltados por la policía local hasta la plaza del Ayuntamiento, donde serían expuestas las monturas para deleite de los vecinos, que recordaban batallitas de sus tiempos mozos. El momento era aprovechado por los participantes para acercarse a los bares cercanos y reponer fuerzas.

A continuación, tocaba volver a poner en marcha las motos y partir de vuelta al club social Pino Alto, donde esperaba el momento para algunos más esperado, la comida. Junto al parque cerrado se realizón un pequeño homenaje a la marca Ossa, con una exposición de los modelos de campo más representativos de la marca.

Junto al parque cerrado un pequeño homenaje a Ossa

La entrega de recuerdos conmemorativos estuvo acmpañada por el sorteo de regalos y posteriormente la entrega de los trofeos. El de la moto más antigua fue para el trialero José carlos Lorente y su preciosa BSA B40 de 1963. El de la moto mejor restaurada era para Javer Tejedor por una impecable Bultaco Sherpa modelo 27 "San Antonio", el del participante llegado desde más lejos era para Enrique Marcos, de Elche. El trofeo especial Classic Off Road a la mejor Montesa fue a manos de Alberto Yuste por su Cappra 250 VG, y el galardón más simpático, el trofeo a la desgracia era para Luís Herrero y sus problemas con la Montesa Enduro H7.

Tras ello era ya hora de la comida compuesta por entrantes de barbacoa y la tradicional paella con vino y cerveza, y por supuesto las conversaciones, risas y bromas sobre las incidencias de la jornada.

Sin duda una bonita jornada que fomenta esta afición y cuyo ejemplo esperamos cunda con más actividades de este tipo. De momento la oferta para los aficionados en la zona crece, principalmente en lo que se refiere al trial, con un campeonato que esta año ha sobrepasado todas las espectativas. Más información en la web del Moto Club Motocra en su web: www.motocra.net.

José Carlos Lorente y su BSA de 1963, trofeo a la moto más antigua
Javier Tejedor y su Sherpa San Antonio, trofeo a la mejor restauración