Dos Días de Cabrianes
1 y 2 de noviembre, 2003
Barcelona, España
VII Trial Intentacional de clásicas de Cabrianes

Texto: H. San Martín
Fotos: Ismael Lobato, Carles Requena, H. San Martín

 

   Cada año más y mejor

La octava edición de los Dos Días de Cabrianes fue un éxito

   Si decimos que cada año son más las personas que esperan con ganas la llegada de los Dos Días de Cabrianes seguro que no nos equivocamos en absoluto, algunos lo tienen marcado en su calendario como la cita más importante del año, otros tratan de que la espera se haga menos larga viendo una y otra vez los videos de las ediciones anteriores, otros preparan con ilusión sus motos y las prueban a lo largo del año en los diversos triales de clásicas, pero para todos ellos Cabrianes es la mejor experiencia del año en cuanto al disfrute del trial clásico se refiere, es el trial clásico de verdad.

   Y es que Cabrianes no es un trial más, es el mejor de la geografía nacional y uno de los mejores de cuantos se celebran en Europa, y lo es por todos los ingredientes que hacen de esta prueba algo especial: la belleza y excelente marcaje de sus zonas, la longitud de su interzona, que recorre bonitos paisajes y especialmente el ambiente 100 % clásico que se respira durante este fin de semana.

   Correr en Cabrianes es casi como volver a los años 70 y participar en una cita del mundial. Hay más de 100 participantes llegados de diversos puntos de europa, enorme variedad de motos de todas las épocas, e incluso este año más motos oficiales que nunca, como las Honda 4 tiempos ex-Lejeune y ex-Whaley.

   Ambiente clásico al máximo

   Cabrianes es la gran fiesta del trial clásico y desde el viernes ya se respira este ambiente en "El Café" que regenta Jaume Casadesús, creador de esta prueba que llegaba a su octava edición.

El paddock más lleno que nunca

   El gran Mick Andrews, Stuart Brown, Eric Cugniet y otros extranjeros habituales hablaban de trial, intercambiaban documentación, fotos, catálogos, revistas, mientras en la televisión se veían imágenes de los Scottish de los años 60. Los habitantes de Cabrianes lo tienen claro, llega el gran día y todos quieren colaborar, la fiesta está a punto de comenzar.

   El Triangle Magic nos traía este año importantes novedades, en primer lugar la colaboración del experimentado Motoclub Baix Berguedá que sustituía al Terrassa y que estuvo perfecto, aportando toda su infraestructura en el control de la carrera, las verificaciones, las clasificaciones, etc.

   Otra gran novedad era la división del recorrido en dos bucles, partiendo los pilotos de nivel amarillo en la zona 1 y el resto en la 15, lo que hizo que no hubiese colas en las zonas pese a contar con más de 100 inscritos, sin duda todo un acierto. También se estrenaban zonas, recorrido y categorías, ya que por primera vez había las motos Pre-65 inscritas eran suficientes como para tener su propia clasificación, aunque de cara a la Copa Catalana éstas entrarían dentro de la clasificación Pre-72.

El parque cerrado contenía una variedad de motos extraordiaria
Mick Andrews ¿será este desayuno el truco para mantenerse así de bien?

El la exposición se podían ver motos muy especiales

   Junto al paddock esta vez no había una zona de tipo indoor, pero sí una bonita exposición con auténticas joyas cedidas por coleccionistas como Damià Picas, Ramón Sallés o el propio Casadesús. Así podíamos ver varias pre-65 británicas como Cotton, Francis Barnett, Greeves, BSA o la James de Mike Andrews, Bultacos como la Sammy Miller, San Antonio, Kit Campeón, Montesas como la 247 o 348, o motos japonesas como la Kawasaki o la Honda Seeley de la que tenéis una prueba en Todotrial Clásico.

   Todo esto servía para ir caldeando el ambiente, los coches comenzaban a llenar el paddock, los pilotos mostraban orgullosos sus máquinas, las inscripciones se formalizaban tranquilamente mientras en la rampa de salida se contaba con un speaker tan mítico y clásico como las motos protagonistas, como no, hablamos de Ricardo Pinet, que como siempre estaba acompañado de su inseparable Vera, y que amenizaba con sus constantes bromas y ocurrencias.

   Esta vez el parque cerrado estaba en el exterior en lugar de encontrarse dentro del pabellón como la temporada pasada, lo cual era quizás el único paso atrás que encontrábamos este año. Además la permanencia en el parque después de la primera jornada no era obligatoria, pudiendo los pilotos llevarse las motos a casa, evitando así las polémicas que se dieron en anteriores ediciones.

Pilotos llegado desde Italia, Francia, Inglaterra...

   En el paddock los italianos del Motoclub Casalborgone montaban una carpa bajo la que el coleccionista Carlo Ramela preparaba su Honda oficial con la que Eddy Lejeune se había proclamado campeón del mundo, se la había comprado directamente al propio Eddy. El BSC ofrecía en su carpa todo tipo de merchandising Bultaco, camisetas, gorras, llaveros, tazas...

   Pero la carpa más activa y concurrida fue la de Classic Team, en ella Esteban Arenas daba los últimos retoques a las motos de sus clientes, los cuales eran invitados a un magnífico desayuno. Las mesas y las sillas se disponían frente a la carpa y Lluís Viladecans hacía las labores de maestro de ceremonias, preparando en la parrilla butifarras y panceta para los bocadillos, sin que faltasen las bebidas y el vino. Desde luego una magnífica manera de comenzar el día y coger fuerzas para lo que se venía encima. Además los pilotos de Classic Team contaban con todo el apoyo que fuese necesario y más de dos y tres fueron los que tuvieron que recurrir a reparaciones de última hora o incluso en plena carrera, salvándose de la retirada, como auténticos pilotos oficiales, todo un lujo.

En la carpa de Classic Team se podía disfrutar de un excelente desayuno
Y mientras unos desayunaban, Esteban Arenas ponía a punto algunos detalles

   Clásico 100%

La salida la daban otros clásicos: Pinet y Vera

   El sábado a las 10 de la mañana comenzaba a darse a la salida a los 110 pilotos inscritos, un nuevo record de participantes que es superado cada año. El cielo estaba un poco gris, y el terreno algo húmedo, pero las lluvias que habían estado cayendo toda la semana y que habían amenazado con que sería un trial pasado por agua no aparecieron en todo el fin de semana, lo cual se agradeció mucho, pues el arcilloso terreno de Cabrianes se hubiese convertido en una pastilla de jabón, como sucedió hace dos años.

   Pese a los rumores de asistencia de pilotos como Jaume Subirá, o incluso Marc Freixa, ninguno de ellos pudo pasar por Cabrianes. Tampoco lo hizo Mick Wilkinson, que el año pasado sorprendió ganando en amarillos sobre su destartalada Francis Barnett. Así la principal atención se centraba en la ya habitual lucha entre los ex-mundialistas Miquel Cirera y Mick Andrews en el nivel azul, quizás el más vistoso y clásico.

   Primero salían los Pre-72 y Pre-65, después los pilotos de nivel amarillo "trialers". Estos tres grupos comenzaban por la zona uno, mientras azules "experts", rojos "masters" y verdes "classics" comenzaban en la quince. Nada menos que 30 zonas les esperaban, debiendo completarlas en un tiempo máximo de 6 horas, seguido y sin interrupciones, salvo el paso por la ya habitual zona del vino, en la que se podían tomar frutos secos, agua del botijo o vino de la bota, y la vuelta al paddock al final de cada bucle donde se cambiaba la tarjeta en la rampa de salida y se hacía el repostaje de la moto.

Excelente ambiente con más de 100 pilotos

   Quizás la nota negativa de esta edición y la única pega criticada por los participantes fue el escaso tiempo concedido el sábado para completar el recorrido, pues las 6 horas se mostraron insuficientes y las prisas serían la tónica general, lo que provocaría abundantes penalizaciones que influyeron notablemente en las clasificaciones finales. Un fallo que surge por la novedad de hacer todo el recorrido seguido y después la comida, en lugar de el descanso a medio día para comer. Seguro que para el año que viene se tendrá en cuenta para no volver a fallar.

   Ya hemos comentado que la división en dos bucles fue un gran acierto, pero tenemos que volver a repetirlo, porque resultaba sorprendente ver como en un trial con tantos pilotos no hubo en ningún momento colas de más de 5 ó 6 pilotos.

   El terreno estaba húmedo, sobre todo a primera hora de la mañana, con lo que muchas zonas se mostraban algo más complicadas que en años anteriores, y las penalizaciones en general también eran más elevadas. Y hablando de zonas, que maravilla, realmente se nota el trabajo de Jaume Casadesús, que se tira todo el año preparándolas.

Algunos traían motos preciosas como esta Honda TLR 250

   Eran bastante largas, variadas, selectivas, no había dos parecidas y todas eran muy abiertas dando posibilidad de elegir muchas trazadas diferentes, por lo que se apreciaba bien el estilo de cada piloto, y no como en los triales de ahora que las zonas y los pasos son tan estrechos y limitados que todos los pilotos hacen exactamente lo mismo. Esto era algo que, sin duda, agradaba al numeroso público que se dio cita en las zonas más cercanas a la población.

   Predominio de zonas sobre tierra, con grandes desniveles, subidas, bajadas y giros complicados, que no necesariamente cerrados, seguidos de fuertes subidas en las que lo fundamental era trazar y compensar los pesos de la moto, el tacto del gas era fundamental y el embrague poco necesario, y por supuesto nada de mover la moto en parado, en fin, zonas clásicas de verdad. En algunas de ellas había pasos sobre piedra suelta o alguna roca a modo de escalón, pero eran realmente las menos. El punto negativo fue quizás que algunas zonas eran ya conocidas y se repetían de temporadas anteriores, pero es algo que tiene disculpa pues marcar 23 zonas diferentes no es nada sencillo.

   En el primer bucle estaban las zonas 1 a 14, y en el segundo el resto, pero de la 23 en adelante se repetían las últimas zonas del primer bucle, así la zona 24 era repetir otra vez la 7, la 25 correspondía a la ocho, y así hasta la última, menos mal porque si no algunos pilotos no hubiesen finalizado ni en ocho horas...

Las zonas fueron más duras que en años anteriores

   Y aparte de las zonas, en Cabrianes también tiene una importancia y protagonismo especial la interzona, unos 25 kilómetros de recorrido por los bonitos y boscosos montes de la zona, con tramos algo exigentes y complicados para los menos experimentados, pero que también daban ese sabor de trial verdadero y clásico como los que se hacían antes. Los pilotos de nivel verde, el más sencillo, tenían recortados algunos tramos, evitando así las partes más complicadas, y también contaban con menos zonas que el resto, por lo que para ellos el tiempo de 6 horas si fue bastante lógico.

   En la jornada del domingo se comenzaba al contrario, los amarillos esta vez se dirigían a la zona 15 y el resto a la 2, y decimos la 2 porque la primera y otra zona más fueron eliminadas para esta jornada, en la que se comenzaba una hora antes por aquello de terminar también antes y volver a casa. Además había 5 horas de tiempo en lugar de 6, pero como los pilotos ya conocían las zonas del día anterior y con la lección aprendida, todos corrieron como liebres y nadie volvió a penalizar por tiempo. Al final una cosa quedaba bien clara, así es el verdadero trial clásico.

   Pre-65, victoria de Ramón Sallés y BSA

   Pero pasemos ya a comentar como se desarrolló la prueba en las diferentes categorías. La nueva subdivisión de Pre-65, era de lo más vistosa, con motos realmente bonitas, y sorprendentemente no sólo británicas, también podíamos encontrar las Motobecane francesas, que repetían un año más, o la Moto Guzzi italiana de fabricación artesanal, todas ellas de gran belleza y exclusividad. Por supuesto no faltaban las BSA o Triumph, y es que las pre-65 son las motos más especiales vistas en Cabrianes, y cada vez hay más gente que se siente cautivado por ellas.

Ramón Sallés lograba una cómoda victoria en Pre-65 con su BSA

   El sábado las penalizaciones por tiempo serían también importantes en esta categoría, sobretodo para los pilotos extrangeros, acostumbrados a triales más suaves y festivos, que llegaban a penalizar entre 70 y 100 puntos por tiempo. Y es que Cabrianes será una fiesta del trial clásico pero ni mucho menos un paseo.

   Así los cuatro pilotos más rápidos fueron también los que se destacaron en la clasificación. Penalizaciones por tiempo aparte, Ramón Sallés se destacaba pronto del resto con su BSA perfectamente afinada por Classic Team, marcando sólo 16 puntos en todo el día, lo que además le colocaba tercero en la clasificación conjunta con pre-72 por delante de su eterno rival Josep Soldevila. Tras Sallés estaba Gati Eugenio pero ya con 39 puntos, Bruno Gibert con 42, Eric Cugniet con 47, Manuel Casado y Patrick Payan con 48 y Quique Echezarreta con 64. Pero las penalizaciones por tiempo modificaban la tabla, dejando en las cuatro primeras plazas a Sallés, Eugenio, Casado y Echezarreta.

   En la jornada siguiente las cosas se mantendrían igual, Ramón Sallés volvía a marcar el mejor parcial con diferencia, reduciéndolo a sólo 8 puntos, el francés Pascal Maleval también estaba acertado con 13, Manuel Casado también mejoraba marcando 25 puntos y tras él estaban Eugenio, Gibert, Echezarreta y Cugniet. Al final la cosa quedaba como el día anterior, y es que las penalizaciones por tiempo fueron muy abultadas, victoria para el piloto de Todotrial Ramón Sallés sobre su BSA B-40, segundo puesto para Gati Eugenio y tercero para Manuel Casado sobre su Triumph Tiger Cub.

Cañellas y Terricabras no daban opción en Pre-72

   Pre-72, Cañellas y Terricabras empatados hasta el final

   En la categoría Pre-72 se preveía un interesante duelo entre los dos pilotos de Montesaweb Pim Terricabras y Joan Cañellas y el de Bultaco Classic Team Josep Soldevila. Pero en la primera jornada las cosas no estuvieron tan igualadas como se pensaba, Pim Terricabras aprovechaba el fiasco de su amigo Joan Cañellas para finalizar en primera posición con sólamente 3 puntos, el mejor parcial de todas las categorías que realizaban los pasos de nivel. Cañellas también se mostraba muy acertado sobre su bonita Cota 247 primera serie, pero el comentado fiasco le dejaba con 8 penalizaciones, mientras Soldevila estaba algo menos fino que de costumbre y se colocaba tercero con 14.

   Curiosamente aquí las penalizaciones por tiempo fueron escasas, tan sólo 4 puntos para Santi Anglada, que resultaba cuarto y 2 para Xavier Pons, que era sexto tras las retiradas por problemas mecánicos de Enric Navarro y el único gallego presente en Cabrianes, el piloto Todotrial Alberto Curieses sobre una preciosa Ossa MAR primera serie.

Las zonas eran perfectas para clásicas y con múltiples trazadas

   La segunda jornada sería mucho más apretada, y es que ahora sí que se pudo ver un intenso duelo entre los de Montesa Web y el de Bultaco. Al final era Cañellas quien tomaba cierta ventaja, y completaba el recorrido con únicamente dos penalizaciones. Esta vez era Terricabras quien cometía un fiasco absurdo, situación que aprovecharía Soldevila para superarle en el parcial del día, macando 5 puntos por los 7 del de Montesa. Al final con el cómputo total Cañellas y Terricabras terminaban empatados a 10 puntos tras realizar 60 zonas, aunque el desempate jugaba en favor de Cañelllas, dejando segundo a Terricabras y ocupando Soldevila el tercer peldaño del podio.

  Amarillo, trialers, victoria por la mínima de Miquel Serras

   El nivel amarillo volvía a ser el más concurrido de todos, y es que la sencillez de sus zonas lo hacen muy atractivo y accesible para todos sea cual sea la moto con la que participes, nada menos que 60 pilotos tomaban la salida en esta categoría la mañana del sábado.

   Si en Pre-72 la cosa estuvo muy apretada entre el trio de cabeza, en el nivel amarillo general, trialers, la lucha fue aún más intensa entre dos hombres: Miquel Serras y Josep Pujol. Y es que el primer día empataban a 7 puntos, estando además ambos libres de penalizaciones por culpa del reloj. Otro de los candidatos a la victoria, José Luís Rodríguez, mantenía su lucha por el tercer puesto con Xavier Arenas, puntuando 13 y 15 respectivamente.

José Luís Rodríguez subía al tercer puesto en el nivel amarillo

   Algo más atrás estaban pilotos como Agustí Vila (25), Javier Conde (26), o Josep Ibern (29) y también en este nivel muchos eran los que se veían perjudicados por penalizaciones de tiempo, principalmente los pilotos menos experimentados, lo cual quizás les causaba algo de desilusión por la prueba. Hubo 20 pilotos que sumaron puntos por este motivo, algunos de ellos llegarn más de una hora tarde al control, lo que significaba 7 horas seguidas de trial sin parar a comer, sin duda este año la cosa estuvo bastante más dura que los anteriores.

   También el nivel de zona en esta categoría estuvo quizás más elevado de lo normal, ya que las penalizaciones fueron altas por lo general, salvo en los pilotos de cabeza.

   Para la segunda jornada muchos fueron los pilotos que fueron baja, nada menos que 16 quizás por acudir a otros triales que se celebraban para motos modernas o por otro tipo de inconvenientes. El duelo Serras - Pujol continuaba tan duro como en la jornada previa, y lo mismo sucedía con el que mantenían Rodríguez "el Puma" y Xavier Arenas.

   La tensión se mantenía de la primera a la trigésima zona, un sólo error de más o un simple fiasco podría dar al traste con las opciones de podio. Pero ni Serras ni Pujol fallaban, parecían llevar los pies pegados a las estriberas, y llegaban al final con el escaso margen de un punto de diferencia, 2 para Serras y 3 para Pujol, lo que daba el triunfo al primero por un total de 9 a 10, más ajustado imposible. En la lucha por el tercer puesto del cajón las cosas estaban igual de justas, Arenas marcaba 6, recortando la diferencia a Rodriguez, que con 7 al final volvía a subir al podio, pero también por un sólo punto de diferencia.

  Verdes, Quim Casadellá sin problemas

Un ejemplo de afición, los años no pasan por el inglés Morris y su James

   El año pasado Jaume Casadesús decidió poner un nivel básico para que todo el mundo pudiese disfrutar de Cabrianes. Un nivel mucho más sencillo que el amarillo, eliminando las puertas obligadas en las zonas, y reduciéndose a entrar y salir entre las cintas de marcaje. De este modo los pilotos de menos nivel, los nuevos o aquellos que querían probar la experiencia de correr en Cabrianes pero no se atrevían por la dificultad del resto de niveles no tendrían excusa para participar.

   La idea fue un éxito y cada vez se cuenta con más participantes, generalmente gente que se inicia en el trial clásico pese a rondar los 40 años, o también los que vuelven al trial tras una larga retirada, en ocasiones de varias décadas. En esta categoría pueden probar a trialear también aquellos llegados de otras especialidades y que no están muy familiarizados con el trial, un nivel básico en el que todos disfrutarán.

   Además en Cabrianes contaban con la ventaja de no realizar 30 zonas, sino algunas menos, y de evitar las partes más complicadas del recorrido. Pero pese a la sencillez de este nivel, Cabrianes es un trial duro, y pasar 6 horas sobre la moto y recorrer largas interzonas también se hace difícil para los pilotos verdes, por lo que no fueron pocos los que se retiraron, en su mayoría debutantes, bien por problemas físicos o mecánicos.

   Doce eran los pilotos inscritos en este nivel, una buena cifra, que también aumenta cada año. Quim Casadellá y Xavi Casals sobre sus Bultaco San Antonio y Sammy Miller partían como favoritos, pues ya contaban con experiencia en el nivel amarillo en los años anteriores. Otros nombres nuevos se unían a la lista y todos tratarían de disfrutar al máximo esta experiencia. Con menos zonas que realizar aquí no hubo problemas de tiempo, lo que sin duda agradecieron.

Mick Andrews esta vez fue segundo tras Cirera

   El primer día Quim Casadellá lograba ya una importante ventaja al sumar sólo 2 puntos, mientras sus más inmediatos seguidores, Xavi Casals y Joan Jover empataban a 14. Más atrás estaban José Luís Martínez con 19, Morris con 25, Carles Saludes con 30 y Mauel Fernández Palencia con 38. En la segunda jornada Casadellá empeoraba su parcial pero volvía a ser el mejor, asegurándose la victoria con una gran ventaja. José Luís Martínez lograba el segundo mejor parcial del día por delante de Casals, pero este hacía valer su ventaja y era segundo en la clasificación final, completando el podio Juan Jover, empatado a 40 puntos con Martínez pero con mayor número de ceros. Seguro que la próxima edición volverá a ver incrementada la participación en este nivel.

  Azul, revancha de Miquel Cirera

   El nivel azul, expert, es para muchos el que más evoca el trial clásico de los años 70, las zonas son más complejas y técnicas que en el amarillo, pero no tan rebuscadas y complicadas como en el rojo, más semejante a los triales de mediados los 80 donde dominaban las Fantic y el estilo comenzaba a cambiar notablemente. En este nivel las zonas ya gozan de cierto nivel de dificultad y selectividad, y todavía se puede competir con gran variedad de monturas, lo que hace a la categoría muy vistosa. Además las principales figuras de otras épocas volvían a tener aquí su duelo particular, nuevamente Mick Andrews y Miquel Cirera, ue parecen turnarse la victoria en los últimos años.

Magnífica actuación de Caius Mujal, pero el tiempo le perjudicó

   Cirera había vencido en el 2001, Andrews se tomó la revancha en el 2002, en el que Cirera fue tercero, y en este 2003 el turno de revanchas le tocaba a Cirera de nuevo. Pero además se unirían a la lucha por la victoria otros pilotos de muy elevado nivel, como los tres hermanos Pujal o el campeón de la Copa Catalana Josep Mª Capdevila entre otros. Por su parte Angel Magriñá acudía pero sin pretensiones de revalidar el segundo puesto logrado el año pasado, tomando parte sólo en la jornada del sábado y recuperándose lentamente de la lesión de rodilla sufrida en los Seis Días de Escocia

   Mick, con ya 60 años sorprendía al no aparecer con su James y retornando a la marca que más fama y gloria le dió, Ossa. Y es que para la ocasión contaba con una Ossa 350 Mick Andrews Réplica, quizás no demasiado afinada, pero eso no era problema para "Magical Mick". Por su parte Miquel Cirera volvía a acudir con la ya conocida Honda 4 tiempos oficial de Marland Whaley.

   En la primera jornada no eran ni Mick ni Cirera quienes lograban la mejor puntuación, sino un excelente Caius Mujal que sobre su Ossa amarilla sumaba un total de 21 penalizaciones. Tras él estaban Cirera con 25 y Andrews con 27 por lo que la cosas se ponía muy interesante entre los tres, que ya tomaban una notable ventaja frente al resto.

En el nivel azul las zonas también eran ideales

   Los otros dos Mujal, Jordi y Josep estaban a continuación, con 35 y 41 puntos respectivamente, y más atrasados Josep Buixó, Arcadi Castañé, Josep Lladó, Horacio San Martín, Ricard Monje, etc. Pero estas posiciones variarían ostensiblemente a causa de las penalizaciones por tiempo, que tanto en esta categoría como en rojos fueron abundantes y determinantes, ya que la mayor complejidad de las zonas requiere mayor tiempo de estudio para las mismas.

   A mitad de la primera jornada los pilotos ya se dieron cuenta de que el tiempo se echaba encima y aún faltaba mucho recorrido por completar, las prisas comenzaron y todos empezaban a correr como locos, sin tiempo prácticamente para ver las zonas, lo que también incrementaría las penalizaciones en las mismas. Al final muchos sumaron puntos extra entre ellos Mick Andrews con 24, Caius Mujal con 31 o Jordi Mujal con 25. Así la clasificación se quedaba con Miquel Cirera en primer lugar destacado seguido Josep Mujal con 46, Mick con 51, Caius Mujal 52 y Josep Lladó con 53.

   En la jornada siguiente los pilotos también espabilaron y corrieron bastante, a lo que ayudaba el que las zonas ya fuesen conocidas. Mick Andrews lograba un excelente parcial de sólo 5 puntos que le haría remontar posiciones, Cirera y Josep Mujal sumaban 16, mientras Caius también mejoraba notablemente y sumaba 18 puntos. Así, la clasificación final con penalizaciones de tiempo incluidas daba la victoria a Miquel Cirera, que cumplía así su objetivo. Mick Andrews lograba remontar al segundo puesto y Josep Mujal cerraba el podio seguido de sus familiares. Como veis el tiempo aquí fue determinante.

  Rojos, como no, Joan Rovira

En rojos Joan Rovira vencía pese a las dificultades

   El nivel rojo es el más difícil de todos, quizás el menos clásico, ya que cuenta con obstáculos considerables, grandes escalones y giros en los que a veces se hace necesario hacer cambios en parado. Las motos de los pilotos se reducen a Fantics y alguna Honda RTL, que ya tienen una conducción diferente, con sus pros y sus contras, quizás más ligereza, menor peso pero también menos tracción y menor aplomo para cierto tipo de giros. Aunque hay algún valiente que aún se atreve a correr con motos más clásicas y pesadas, como Salva Rovira sobre una Cota 349 blanca o Joan Masjoan, que hasta ahora lo hacía con una Bultaco Sherpa 6 marchas pero acabó sucumbiendo a la llamada de las Fantic.

   Y es que las zonas de nivel rojo, Master, se asemejan más a las que comenzaban a llegar con la evolución de las motos a mediados de los 80, quitando un poco de clasicismo al campeonato. Para el año que viene se está pensando eliminar esta categoría, integrándola en el nivel azul, o quizás en limitar la edad de las motos en estos dos niveles, no permitiendo motos posteriores al 80, por poner un ejemplo. Pero de momento esto sólo son pensamientos de cara a la evolución del trial clásico.

Ramón Membribes lograba el segundo puesto

   Lo cierto es que pocos son los que se atreven con este tipo de zonas, y la inscripción suele ser bastante escasa, en Cabrianes se presentaron 8 pilotos, entre ellos el joven mundialista de Scottishtrial Sergi León, que tuvo que retirarse al poco de iniciarse la prueba por problemas mecánicos. El piloto a batir volvía a ser Joan Rovira, y dispuestos estaban Ramón Membrives, Joan Figols o el resto de componentes de la Colla Can Rovira.

   Si en la categoría azul las penalizaciones de tiempo fueron importantes, en esta más aún, ya que no se libró ni el apuntador. Todos penalizaron por este motivo, el que menos 21 puntos y el que más 40. Como era de esperar, el campeón de la categoría en la Copa Catalana, Joan Rovira, pronto tomaba una buena ventaja a todos sus rivales, sumando 53 puntos en la primera jornada, por los 74 de Ramón Membrives o los 77 de Salva Rovira. Después estaban Figuls con 81, Sardañés con 85, Jové con 94 y Jordi Rovira con 106. Pero a esos puntos había que sumar aún las abultadas penalizaciones por tiempo.

   El segundo día, ya con las cosas más en calma, Joan Rovira seguía incrementando su diferencia. Al final los resultados quedaban prácticamente igual que si nadie hubiese penalizado por tiempo y además con escasas diferencias entre algunos pilotos. Joan Rovira vencía con 110 puntos, Ramón Membirves era segundo con 154 y Joan Figuls completaba el podio con 163, sólo dos menos que Salvador Rovira.

Las zonas en el nivel rojo eran demasiado fuertes

   Completanban la tabla Jordi Rovira y Xavier Sardañés. Mala suerte para el de Myto Oil Blai Jové, que rompía el soporte de la maneta del embrague mediado el segundo día y se veía obligado a la retirada.

  En definitiva, nuevo éxito en Cabrianes

   No cabe duda, Cabrianes 2003 volvió a ser un éxito, y cada año se supera, logrando un prestigio internacional que seguirá llamando la atención de pilotos y amantes de las clásicas. Al final de la competición se preparó una paellada, que quizás tardó demasiado en estar preparada, lo que hizo que la muchos se fueran antes de la comida del domingo y el reparto de trofeos, un pequeño detalle que seguro también se corrige para la próxima temporda y es que desde el día siguiente Jaume casadesús ya empezó a preparar las novedades para la próxima edición, con esta afición y este trabajo da gusto, y el resultado es la recompensa, Cabrianes 2003 terminó, nos vemos en Cabrianes 2004.

CLASIFICACIONES COMPLETAS
Verdes Pre65 Pre72 Amarillos Azules Rojos

  Continuación... Breves